Constellation Brands Inc. (NYSE:STZ)

El análisis de los datos revela tendencias diferenciadas en los indicadores de liquidez a lo largo del período examinado.

Coeficiente de Liquidez Corriente

Se observa una fluctuación en este ratio. Inicialmente, presenta valores en torno a 1.5-1.8, mostrando una capacidad para cubrir las obligaciones a corto plazo con los activos corrientes. A finales de 2018, se registra un descenso significativo hasta 1.08, indicando una menor capacidad de pago inmediato. Posteriormente, se recupera gradualmente hasta alcanzar valores superiores a 1.9 en 2020, para luego experimentar una nueva disminución, estabilizándose en torno a 1.3-1.4 en los últimos trimestres analizados.

Ratio de Liquidez Rápida

Este ratio muestra una tendencia general a la baja durante el período. Los valores iniciales, alrededor de 0.45-0.55, disminuyen notablemente a partir de finales de 2018, llegando a situarse en torno a 0.3 en 2019. Se aprecia una leve recuperación en 2020, pero se mantiene por debajo de los niveles iniciales. Un incremento significativo se observa en 2021, alcanzando 0.98, aunque posteriormente vuelve a descender, estabilizándose en torno a 0.4-0.5 en los últimos trimestres.

Ratio de Liquidez en Efectivo

Este indicador presenta los valores más bajos de los tres analizados, fluctuando entre 0.03 y 0.36. Se mantiene relativamente estable en los primeros años, con valores en torno a 0.06-0.11. En 2021, se registra un pico significativo de 0.36, seguido de un descenso pronunciado en los trimestres posteriores, volviendo a niveles similares a los iniciales, alrededor de 0.04-0.16.

En resumen, la capacidad de pago inmediato, medida por el ratio de liquidez rápida y en efectivo, muestra una tendencia decreciente a lo largo del tiempo, con algunas fluctuaciones puntuales. El coeficiente de liquidez corriente, aunque más volátil, también indica una disminución en la capacidad de cubrir las obligaciones a corto plazo en los últimos trimestres analizados. La variación en los ratios sugiere cambios en la composición de los activos corrientes y en la gestión de la liquidez.

El análisis de los datos revela tendencias significativas en la composición del balance. El activo circulante muestra una fluctuación a lo largo del período analizado, con un pico inicial en el tercer trimestre de 2017 y un descenso notable en el cuarto trimestre de 2020. Posteriormente, se observa una recuperación parcial, aunque sin alcanzar los niveles máximos previos. Existe una variabilidad trimestral considerable, sugiriendo una gestión activa de los activos a corto plazo.

En cuanto al pasivo corriente, se aprecia una dinámica similar de fluctuación. Se identifica un aumento considerable en el tercer trimestre de 2017 y nuevamente en el tercer trimestre de 2018, seguido de una disminución en los trimestres posteriores. El último trimestre de 2020 presenta una reducción significativa, seguida de un incremento constante hasta el primer trimestre de 2022, donde se estabiliza.

Coeficiente de liquidez corriente

El coeficiente de liquidez corriente exhibe una tendencia general a la baja desde 2017 hasta 2022. Inicialmente, se mantiene por encima de 1.5, indicando una capacidad adecuada para cubrir las obligaciones a corto plazo con activos líquidos. Sin embargo, se observa una disminución significativa en el tercer trimestre de 2018, llegando a 1.08, lo que sugiere una menor capacidad de pago en ese período. Posteriormente, se recupera, pero no consistentemente. El cuarto trimestre de 2020 muestra un valor alto de 2.4, seguido de una disminución gradual hasta 1.29 en el último trimestre analizado. Esta fluctuación indica cambios en la gestión de la liquidez y la capacidad de la entidad para hacer frente a sus obligaciones inmediatas.

La relación entre el activo circulante y el pasivo corriente, reflejada en el coeficiente de liquidez corriente, indica una variabilidad en la posición de liquidez de la entidad. Los periodos de mayor liquidez se corresponden con valores superiores a 1.6, mientras que los periodos de menor liquidez se sitúan por debajo de 1.4. La tendencia general a la baja en el coeficiente sugiere una posible disminución en la capacidad de la entidad para cubrir sus obligaciones a corto plazo con sus activos más líquidos, lo que podría requerir una gestión más cuidadosa de los flujos de efectivo.

El análisis de los datos revela tendencias significativas en la liquidez y la estructura de pasivos. Se observa una fluctuación en el total de activos rápidos a lo largo del período analizado.

Total de Activos Rápidos

Inicialmente, el total de activos rápidos disminuyó desde aproximadamente 1.031 millones de dólares en mayo de 2017 hasta 866.5 millones de dólares en febrero de 2018. Posteriormente, experimentó un aumento, alcanzando los 1.157 millones de dólares en agosto de 2018, seguido de una disminución a 967.8 millones de dólares en noviembre de 2018. A partir de noviembre de 2020, se aprecia un incremento notable, superando los 1.426 millones de dólares en mayo de 2021, aunque con fluctuaciones posteriores.

Pasivo Corriente

El pasivo corriente mostró una variabilidad considerable. Se observa un pico en noviembre de 2017, con 2.536 millones de dólares, seguido de una disminución. Sin embargo, a partir de 2018, el pasivo corriente tiende a aumentar, alcanzando valores superiores a los 3.363 millones de dólares en noviembre de 2018. A partir de febrero de 2021, se registra una disminución significativa, aunque se mantiene en niveles elevados, fluctuando entre 2.187 millones y 2.725 millones de dólares.

Ratio de Liquidez Rápida

El ratio de liquidez rápida presenta fluctuaciones considerables. Inicialmente, se mantuvo relativamente estable alrededor de 0.47 a 0.52 entre mayo de 2017 y mayo de 2018. Posteriormente, disminuyó a 0.29 en noviembre de 2018, indicando una menor capacidad para cubrir las obligaciones a corto plazo con activos líquidos. En febrero de 2021, se observa un aumento significativo a 0.98, seguido de una disminución a 0.41 en febrero de 2022. En general, el ratio fluctúa entre 0.3 y 0.59 a lo largo del período, lo que sugiere una variabilidad en la capacidad de la entidad para hacer frente a sus obligaciones corrientes con activos de alta liquidez.

En resumen, la entidad experimenta cambios en su liquidez y estructura de pasivos. El ratio de liquidez rápida, aunque variable, indica una capacidad fluctuante para cubrir las obligaciones a corto plazo. La evolución del pasivo corriente sugiere una gestión activa de las obligaciones financieras.

El análisis de los datos revela fluctuaciones significativas en los activos totales en efectivo a lo largo del período examinado. Inicialmente, se observa una disminución desde 199.1 millones de dólares en mayo de 2017 hasta 90.3 millones en febrero de 2018. Posteriormente, se registra un aumento considerable, alcanzando un máximo de 460.6 millones en febrero de 2021, seguido de una reducción gradual hasta los 185 millones en mayo de 2021. A partir de este punto, se aprecia una nueva tendencia al alza, culminando en 361.3 millones en febrero de 2022, aunque con una posterior disminución a 165.1 millones en mayo de 2022 y un ligero repunte en noviembre de 2022.

En cuanto al pasivo corriente, se identifica una tendencia general al aumento a lo largo del tiempo. Desde un valor de 2.182.4 millones de dólares en mayo de 2017, el pasivo corriente experimenta un crecimiento constante, alcanzando su punto más alto en noviembre de 2018 con 3.363.4 millones. Aunque se observan fluctuaciones trimestrales, la cifra se mantiene relativamente alta, superando los 2.698.8 millones en febrero de 2022.

Ratio de liquidez en efectivo

El ratio de liquidez en efectivo muestra una volatilidad considerable. Inicialmente, se sitúa en torno al 0.09 en mayo de 2017, disminuyendo hasta 0.05 en febrero de 2018. Se observa un repunte en mayo de 2018 (0.11) y un posterior descenso. Un incremento notable se registra en febrero de 2021 (0.36), seguido de una disminución a 0.24 en mayo de 2021. A partir de entonces, el ratio se mantiene en niveles más bajos, fluctuando entre 0.04 y 0.16 hasta noviembre de 2022.

La relación entre los activos en efectivo y el pasivo corriente, reflejada en el ratio de liquidez en efectivo, indica una capacidad variable para cubrir las obligaciones a corto plazo. El pico en febrero de 2021 sugiere una mejora significativa en la liquidez, mientras que los valores más bajos en otros períodos podrían indicar una mayor dependencia de otras fuentes de financiamiento para cumplir con las obligaciones inmediatas. La tendencia general del pasivo corriente al alza, combinada con la volatilidad del ratio de liquidez en efectivo, sugiere una necesidad de monitoreo continuo de la posición de liquidez.