Estructura del balance: pasivo y patrimonio contable
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- Relación entre el valor de la empresa y el EBITDA (EV/EBITDA)
- Modelo de fijación de precios de activos de capital (CAPM)
- Ratio de rendimiento sobre el capital contable (ROE) desde 2005
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- Pasivo total y capital contable
- La estructura del pasivo y capital ha mostrado variaciones significativas en el período analizado. La proporción de pasivo total y capital contable en relación con sí misma se mantiene en 100%, como es esperado. Sin embargo, la distribución interna presenta fluctuaciones importantes en la composición de pasivos y patrimonio.
- Pasivos y su evolución
- Los pasivos corrientes, en relación a la estructura, han tenido un aumento progresivo desde aproximadamente el 14.9% en 2020 hasta un pico del 22.38% en 2024, aunque muestra una ligera disminución en 2025. Esto indica una mayor concentración de obligaciones a corto plazo durante el período. Los pasivos no corrientes, en cambio, mantienen una tendencia a la disminución relativa, pasando del 74.08% en 2020 al 68.16% en 2025, sugiriendo una posible estrategia de reducción de la deuda a largo plazo o una reestructuración en ese segmento.
- Deuda a largo plazo
- La participación de pagarés y otros empréstitos, no corrientes, presenta una tendencia decreciente, desde cerca del 59.97% en 2020 hasta aproximadamente 50.66% en 2025. La reducción en este componente puede reflejar una estrategia de mitigación del riesgo financiero y mejora en la estructura de financiamiento.
- Pasivos por arrendamientos y otros pasivos no corrientes
- Los pasivos por arrendamiento operativo, no corrientes, experimentaron un incremento notable, pasando del 1.32% en 2020 al 6.85% en 2025, evidenciando una mayor utilización de arrendamientos o financiamiento a través de estos instrumentos. Otros pasivos no corrientes, por su parte, decrecieron de un 8.03% en 2021 a 2.95% en 2025, lo cual puede indicar una reducción en otras obligaciones no corrientes.
- Capital contable
- El capital total, expresado en porcentaje, ha mostrado una recuperación tras un período de deterioro. La pérdida acumulada pasó del -11% en 2020 a un déficit cercano a -5.69% en 2022, pero posteriormente recuperó posiciones, alcanzando un 12.15% en 2025. Esto indica una mejoría en la posición patrimonial, posiblemente a través de ganancias retenidas o emisión de nuevas acciones. Las acciones ordinarias mantienen un porcentaje estable en torno a 22%, con leves variaciones, reflejando la estructura de capital social.
- Déficit acumulado y pérdidas integradas
- El déficit acumulado tuvo un deterioro significativo, alcanzando un -28.67% en 2022, antes de reducirse a -9.2% en 2025. La reducción de pérdidas acumuladas puede indicar una recuperación en la rentabilidad y una mejora en el desempeño financiero de la empresa. La pérdida integral acumulada sigue siendo negativa, aunque en un menor porcentaje, consolidando la tendencia de mejora en la situación patrimonial global.
- Otros aspectos relevantes
- El porcentaje de impuestos a pagar y compensación acumulada muestran cierta estabilidad relativa, con leves variaciones en su participación del pasivo y capital. La presencia de acciones preferentes no se reporta en el período analizado, sugiriendo que la estructura de financiamiento se basa principalmente en acciones ordinarias y deuda.
- Resumen general
- En conjunto, el análisis refleja una tendencia hacia la consolidación de una estructura de financiamiento más equilibrada, con reducción en el peso de la deuda a largo plazo y un fortalecimiento del capital propio tras períodos de pérdida. La mayor participación de pasivos corrientes en 2024, junto con la creciente proporción de pasivos por arrendamiento, puede interpretarse como una estrategia de modernización en la gestión del financiamiento, con énfasis en el uso de arrendamientos operativos. La recuperación del capital y la disminución del déficit acumulado indican una mejora significativa en la salud financiera hacia 2025.