Estructura del balance: pasivo y patrimonio contable
Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2022-06-30), 10-K (Fecha del informe: 2021-06-30), 10-K (Fecha del informe: 2020-06-30), 10-K (Fecha del informe: 2019-06-30), 10-K (Fecha del informe: 2018-06-30), 10-K (Fecha del informe: 2017-06-30).
El análisis de la estructura de pasivos y patrimonio revela varias tendencias significativas a lo largo del período considerado.
- Pagarés y deuda a corto plazo
- Se observa una disminución significativa en su porcentaje durante 2018 y 2019, llegando a su valor más bajo en 2021 con apenas 0.01%, aunque en 2022 vuelve a repuntar a 6.65%. Este patrón sugiere una reducción temporal en el uso de deuda a corto plazo, seguida de una recuperación o reestructuración mayor en la última fecha.
- Pasivo corriente
- Ha mostrado una tendencia decreciente desde aproximadamente 21.92% en 2017 hasta un mínimo de 15.22% en 2021, pero en 2022 experimenta un incremento a 22.58%. Esto puede indicar una menor dependencia de pasivos a corto plazo durante ciertos años y una posible necesidad de incrementar esta fuente en el último período.
- Deuda a largo plazo, excluyendo la pagadera en el plazo de un año
- Su porcentaje ha fluctuado, alcanzando picos en 2019 y 2020 con 37.1% y 38.77%, respectivamente, y disminuyó a 32.36% en 2021, para luego volver a subir a 37.6% en 2022. Esto indica una tendencia relativamente estable en la utilización de deuda a largo plazo con altibajos ligados a decisiones financieras específicas en cada período.
- Pensiones y otros beneficios posteriores a la jubilación
- Esta partida muestra una tendencia decreciente significativa, comenzando en 9.08% en 2017 y descendiendo a solo 2.47% en 2022. La reducción sustancial puede reflejar una gestión efectiva en la disminución de pasivos asociados a beneficios postjubilación o cambios en las políticas de pensiones.
- Otros pasivos
- Este componente presenta fluctuaciones pero mantiene un porcentaje cercano al 2-3% a lo largo del tiempo, con un aumento notable en 2018 (3.43%) y una disminución en 2022 (2.01%), indicando estabilidad relativa en otros pasivos menores.
- Pasivos no corrientes
- Este rubro se mantuvo en torno al 43-48%, con un pico en 2020 del 53%. La tendencia general muestra estabilidad con cierta variabilidad en años específicos, que puede estar relacionada con la estructura de financiamiento a largo plazo.
- Patrimonio neto
- El patrimonio neto como porcentaje del pasivo y patrimonio presenta variaciones: comienza en 33.97% en 2017, con picos en 38.25% en 2018 y 41.29% en 2021, aunque en 2022 reduce a 34.1%. La tendencia sugiere períodos de fortalecimiento patrimonial y fases de leves disminuciones en la proporción, quizás reflejando emisiones o recompras de acciones y cambios en utilidades retenidas.
- Utilidades retenidas
- Su porcentaje muestra un incremento notable en 2018 hasta 75.89%, seguido por una estabilización en niveles elevados, aunque con una disminución en 2022 a 60.37%. Esto indica un período de acumulación de utilidades que fue fluctuando en función de las políticas de distribución de beneficios.
- Acciones ordinarias y capital adicional
- Ambos componentes representan una proporción pequeña en relación con el total, aunque con una tendencia decreciente. En particular, el porcentaje de acciones ordinarias redujo de 0.58% en 2017 a 0.35% en 2022, y el capital adicional decreció del 3.51% en 2017 a 1.26% en 2022. Esto puede reflejar recompras de acciones o reducción de capital.
- Otras notas importantes
- Las participaciones minoritarias representan una proporción muy pequeña, prácticamente estable, y la autocartera, aunque ha reducido su porcentaje de -28.27% en 2017 a -21.93% en 2022, sigue siendo un pasivo importante en el análisis estructural del patrimonio.