Estructura del balance: pasivo y patrimonio contable
Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2018-10-31), 10-K (Fecha del informe: 2017-10-31), 10-K (Fecha del informe: 2016-10-31), 10-K (Fecha del informe: 2015-10-31), 10-K (Fecha del informe: 2014-10-31), 10-K (Fecha del informe: 2013-10-31).
- Tendencias en la estructura del pasivo y patrimonio
- Desde 2013 hasta 2018, se observa una tendencia general de incremento en la proporción del pasivo total respecto al capital, alcanzando un pico en 2016 y 2017, con valores superiores al 110%. A partir de 2018, esta proporción disminuye significativamente, acercándose al 102%, lo que indica una estabilización parcial en la estructura financiera de la empresa.
- Composición del pasivo a corto y largo plazo
- La proporción del pasivo corriente muestra una tendencia al alza, pasando de aproximadamente 43% en 2013 a más del 72% en 2018, indicando un aumento en obligaciones a corto plazo. Por otro lado, la deuda a largo plazo, excluyendo la parte corriente, fluctúa en un rango estrecho y alcanza un máximo en 2016, cuando representa más del 23%, para luego reducirse notablemente en 2018, situándose en torno al 13%. La disminución en la deuda a largo plazo en los últimos años puede reflejar una estrategia de reducción del apalancamiento a largo plazo.
- Participaciones en pasivos específicos
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Los pagos y empréstitos a corto plazo han reducido su porcentaje desde 2013 hasta 2016, pero experimentan un incremento en 2018. Las cuentas por pagar mantienen una tendencia al alza, pasando de cerca del 13% en 2013 a más del 42% en 2018, lo que señala un aumento en las obligaciones a corto plazo relacionadas con proveedores u otros acreedores.
Otros componentes de pasivos, como programas de ventas y marketing y otros pasivos acumulados, muestran fluctuaciones, pero en general se mantiene una participación relativamente estable o en ligeros incrementos en algunos años, reforzando la percepción de una estrategia de gestión del pasivo operativo.
- Pasivos no corrientes y otros pasivos
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El porcentaje de pasivos no corrientes y otros pasivos no corrientes en relación con el total del pasivo muestra fluctuaciones, alcanzando picos en 2016 y 2017, pero posteriormente disminuye en 2018, reflejando una posible reducción en obligaciones a largo plazo no corrientes.
El aumento en los pasivos por pensiones y otros impuestos diferidos en ciertos años revela la influencia de obligaciones vinculadas a beneficios laborales y obligaciones fiscales diferidas, aunque en 2018 estos valores en su mayoría presentan reducciones, especialmente en los pasivos por impuestos diferidos.
- Patrimonio y financiamiento propio
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El patrimonio de la empresa, en términos relativos, muestra una tendencia negativa en los años 2015 a 2017, con utilidades retenidas y el capital total en valores negativos, indicando pérdidas acumuladas. En 2018, estas métricas se acercan a la neutralidad, sugiriendo una recuperación en la posición de patrimonio.
Las acciones ordinarias mantienen una proporción pequeña pero constante, mientras que el capital desembolsado adicional y las participaciones minoritarias presentan niveles insignificantes en comparación con el total del pasivo y patrimonio, reflejando una estructura de financiamiento ampliamente apalancada y dependiente de pasivos tales como la deuda.
- Observaciones generales
- El análisis revela una tendencia de aumento en la proporción del pasivo total, específicamente en obligaciones a corto plazo, acompañada de una reducción del patrimonio en ciertos periodos, indicando un mayor apalancamiento financiero en algunos años, seguido de un proceso de estabilización a partir de 2018. La disminución en la deuda a largo plazo en los últimos años puede considerarse una estrategia para mejorar la estructura de financiamiento, mientras que el incremento en pasivos corrientes señala un aumento en obligaciones a repetir en corto plazo, lo cual merece seguimiento para evaluar su impacto en la liquidez y solvencia de la organización.