Estructura del balance: pasivo y patrimonio contable
Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2019-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2018-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2017-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2016-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2015-12-31).
- Deuda a corto plazo y parte corriente de la deuda a largo plazo
- El porcentaje de deuda a corto plazo y la parte corriente de la deuda a largo plazo ha mostrado una tendencia variable, comenzando en 1.57% en 2015, aumentando notablemente a 2.74% en 2016, disminuyendo casi a cero en 2017 y posteriormente incrementando de forma significativa hasta 5.98% en 2019. Este patrón sugiere una mayor utilización de financiamiento a corto plazo en el último período, lo que podría indicar una estrategia de gestión de liquidez o cambios en la estructura de financiamiento.
- Cuentas a pagar
- Las cuentas a pagar han aumentado desde 6.14% en 2015 hasta un pico en 2017 con 9.15%, luego disminuyeron a 7% en 2018 y a 6.47% en 2019. Este comportamiento refleja una tendencia inicial al incremento en obligaciones pendientes con proveedores y acreedores, seguido por una reducción, posiblemente por estrategias de pago más eficientes o renegociaciones.
- Anticipos y depósitos de clientes
- Este concepto mostró fluctuaciones, con un porcentaje que alcanzó un máximo en 2017 con 19.95%, seguido de una caída a 14.64% en 2019. La reducción en estos anticipos puede indicar cambios en las condiciones de venta o en la política de cobro de la compañía.
- Sueldos y salarios, compensación de trabajadores y beneficios de jubilación
- En general, estos conceptos mantuvieron porcentajes relativamente estables en la évoldio del período, con pequeñas fluctuaciones. La participación de sueldos y salarios (2.03% en 2015 a 1.93% en 2019) y beneficios de jubilación (de 0.95% en 2015 a 0.61% en 2017, y ligeramente superior en 2019) indica una gestión constante en estos rubros.
- Pasivos y otros pasivos corrientes
- Los pasivos corrientes totales y otros pasivos corrientes experimentaron fluctuaciones, con una tendencia al descenso en algunos años, particularmente en 2018 y 2019, donde representan aproximadamente el 34-35%. La proporción de pasivos corrientes en relación al pasivo total evidencian cierta estabilización en la gestión de cortos plazos.
- Deuda a largo plazo, excluida la parte corriente
- Este componente mostró un aumento desde 9.06% en 2015 hasta un pico de 25.2% en 2018, y posteriormente disminuyó a 18.45% en 2019. La tendencia refleja un incremento significativo en financiamiento a largo plazo en ciertos años, lo cual puede estar asociado a estrategias de estructura de capital o financiamiento de proyectos a largo plazo.
- Pasivos no corrientes
- Los pasivos no corrientes en conjunto aumentaron de 27.55% en 2015 a un máximo de 41.7% en 2018, pero disminuyeron a 37.8% en 2019. Este patrón indica una mayor dependencia de financiamiento a largo plazo en algunos períodos, seguido de una leve reducción en el último año.
- Paso total
- El pasivo total, como porcentaje del patrimonio y pasivo, ha aumentado desde 66.44% en 2015 a un máximo en 74.16% en 2018, para luego favorecer una ligera disminución a 72.2% en 2019. Esto indica una ampliación general del apalancamiento en el período, aunque con una tendencia a estabilizarse en valores ligeramente menores en el último año.
- Patrimonio neto y componentes relacionados
- El patrimonio neto en relación con el pasivo y patrimonio total se mantuvo en torno a 33-34% en 2015 y 2016, pero se redujo a 25.84% en 2018, recuperándose a 27.8% en 2019. La participación de utilidades retenidas fue predominante, con una tendencia a mantenerse estable en aproximadamente 64-76% del compuesto de la estructura financiera, indicando una política de reinversión de utilidades con cierta variabilidad.
- Autocartera y otras pérdidas
- El porcentaje de autocartera muestra una tendencia negativa pronunciada, alcanzando -44.35% en 2017 y estabilizándose en torno a -35.54% en 2019, lo cual refleja una política de recompra o reducción de acciones en circulación a lo largo del período. Las otras pérdidas acumuladas permanecen en torno a -8%, mostrando una estabilidad en este rubro.
- Resumen general
- Durante el período analizado, la estructura financiera de la entidad evidenció un incremento en la proporción de deuda, especialmente en financiamiento a largo plazo, acompañado de un aumento en el apalancamiento global. La disminución del patrimonio relativo y la mayor utilización de pasivos sugieren una estrategia de financiamiento más intensiva. La gestión de pasivos corrientes mostró cierta estabilidad, aunque con fluctuaciones, y la política de recompra de acciones refleja un esfuerzo por reducir la inversión en autocartera. La tendencia hacia mayores niveles de deuda y menor peso del patrimonio en la estructura financiera requiere atención en términos de riesgos y sostenibilidad, pero también puede indicar esfuerzos por optimizar el apalancamiento para potenciar retornos.