Estructura del balance: activo
Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2019-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2018-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2017-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2016-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2015-12-31).
- Evolución del efectivo y equivalentes
- Se observa una disminución progresiva en el porcentaje de efectivo y equivalentes respecto a los activos totales, pasando de 8.7% en 2015 a 1.85% en 2019. Esto sugiere una reducción en la liquidez inmediata de la empresa o una posible utilización de estos recursos en otras áreas.
- Cuentas por cobrar
- El porcentaje de cuentas por cobrar en relación con los activos totales se mantuvo relativamente estable, con un ligero incremento del 10.77% en 2015 al 10.99% en 2016, y posteriormente una disminución gradual hasta 7.26% en 2019. Esto indica una tendencia a una gestión más eficiente de las cobranzas o una reducción en el volumen de ventas a crédito en relación con el tamaño total de los activos.
- Cuentas por cobrar no facturadas
- Este concepto mostró un aumento de 13.62% en 2015 a 16.09% en 2019. La tendencia indica una mayor proporción de cuentas por cobrar aún no facturadas, lo que puede reflejar un incremento en trabajos en curso o en procesos de facturación que aún no se han materializado en cobros efectivos.
- Inventarios
- El porcentaje de inventarios en relación con los activos totales creció de 10.52% en 2015 a un máximo de 15.13% en 2017, para luego disminuir ligeramente en los años siguientes hasta 12.91% en 2019. La variación sugiere periodos de acumulación y posterior racionalización de inventarios, posiblemente ajustándose a cambios en la demanda o en las estrategias de gestión de inventarios.
- Otros activos corrientes
- Este grupo mostró un incremento en su proporción durante el período, alcanzando un 3.38% en 2017 y estabilizándose en torno al 2-2.4%, indicando una posible variación en otros activos líquidos o de fácil conversión en efectivo.
- Activo circulante
- La proporción del activo circulante respecto a los activos totales se mantuvo en torno al 45-52%, con un valor máximo en 2017. Este comportamiento refleja una gestión del corto plazo que ha oscilado, pero que en general mantiene una presencia significativa en la estructura de los activos.
- Activo no corriente
- La proporción de activos no corrientes presenta una tendencia a incremento desde 54.46% en 2015 hasta aproximadamente 59.5% en 2019. Esto sugiere una estrategia orientada a incrementar las inversiones en activos a largo plazo, tales como inmovilizado material, activos intangibles y buena voluntad.
- Inmovilizado material, neto
- El porcentaje de inmovilizado material respecto al total de activos decreció ligeramente, pasando de 10.83% en 2015 a 9.16% en 2019, lo cual puede indicar una disminución en la acumulación de activos físicos o una mayor depreciación acumulada sobre estos activos.
- Activos intangibles y buena voluntad
- Los activos intangibles muestran una caída en su proporción, del 2.38% en 2015 a 2.06% en 2016 y luego un incremento significativo en 2018 (5.69%), para disminuir nuevamente a 4.74% en 2019. La buena voluntad experimentó un incremento en su participación, llegando a un máximo del 43.15% en 2018 y bajando a 40.29% en 2019, lo que refleja movimientos en valoraciones por adquisiciones u otros ajustes en estos conceptos.
- Otros activos
- Este concepto mantiene una participación generalmente baja en la estructura de activos, con picos en 2015 y 2016 (alrededor del 5.5%) y una disminución en 2017, seguido de un aumento a 5.31% en 2019. La variación puede estar relacionada con cambios en la clasificación o en la valoración de ciertos activos no corrientes.