Estado de flujos de efectivo
El estado de flujo de efectivo proporciona información sobre los ingresos y pagos de efectivo de una empresa durante un período contable, mostrando cómo estos flujos de efectivo vinculan el saldo de efectivo final con el saldo inicial que se muestra en el balance general de la empresa.
El estado de flujos de efectivo consta de tres partes: flujos de efectivo proporcionados por (utilizados en) actividades operativas, flujos de efectivo proporcionados por (utilizados en) actividades de inversión y flujos de efectivo proporcionados por (utilizados en) actividades de financiamiento.
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Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2021-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2020-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2019-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2018-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2017-12-31).
El análisis de los datos financieros revela varias tendencias relevantes a lo largo del período considerado. En términos de utilidad neta, se observa una disminución significativa en 2018 en comparación con 2017, pero posteriormente la utilidad se mantiene relativamente estable en 2019 y 2021, con una disminución notable en 2020. Esto puede reflejar impactos económicos específicos o cambios en la gestión de gastos y operaciones durante ese año en particular.
La depreciación muestra una tendencia de incremento constante, pasando de 1059 millones de dólares en 2017 a 1181 millones en 2021, indicando posibles inversiones en activos fijos y una política de amortización decreciente en su ritmo o adquisición de activos de mayor envergadura.
Los impuestos diferidos sobre la renta presentaron una fuerte fluctuación: una caída significativa en 2017, seguida de recuperación en los años siguientes, alcanzando 330 millones en 2019 y estabilizándose en niveles similares en 2020 y 2021. Esto puede reflejar cambios en las estrategias fiscales, diferencias en el reconocimiento de pasivos y activos fiscales diferidos, o en la actualización de las políticas tributarias.
Las ganancias y pérdidas de propiedades y otros activos no corrientes, como la pérdida por enajenación y deterioro de inversiones, muestran valores negativos con cierta recurrencia, indicando que la empresa ha registrado pérdidas relacionadas con activos y propiedades, y ha realizado enajenaciones que aportaron resultados negativos, aunque en 2020 se registró una ganancia por enajenación de activos por 385 millones en concreto.
Las cuentas por cobrar y otros activos corrientes han sido bastante variables, con cambios de signo en algunos años, lo que denota fluctuaciones en la gestión de cobros y en la rotación de inventarios y suministros. La cuenta por cobrar, en particular, mostró un incremento en 2019 y una disminución en 2021, reflejando la posible efectividad en la cobranza o cambios en las ventas a crédito.
Por el lado de los pasivos, los pasivos corrientes distintos de deuda tuvieron un comportamiento errático pero en aumento en 2021, con un pico en ese año. Los cambios en activos y pasivos que afectan las operaciones permanecieron positivos, contribuyendo al flujo de efectivo operativo en todos los años considerados.
En cuanto a los flujos de efectivo, la conciliación de utilidad neta con el efectivo generado por actividades operativas mostró una tendencia positiva en los años 2018, 2019 y 2020, consolidando la generación de efectivo, con un incremento en 2021. El efectivo neto proporcionado por las operaciones fue creciente, alcanzando un pico en 2021, lo que indica una mejora en la generación de caja operacional.
Las actividades de inversión registraron salidas de efectivo sostenidas, reflejando inversiones en propiedades, adquisición recurrente de activos y compras de inversión, aunque con cierta disminución en el monto invertido en 2020 y 2021 en comparación con años anteriores. La venta de propiedades también mostró cierta fluctuación, con un descenso en 2021.
En el ámbito de financiamiento, los dividendos continuaron incrementándose en términos absolutos, y las transacciones de acciones ordinarias muestran una tendencia de salida significativa, especialmente en 2018 y 2019, atribuible a recompras o reestructuración de capital. La emisión de empréstitos también fue relevante en 2018 y 2019, proporcionando liquidez adicional.
Los flujos netos de efectivo muestran una tendencia general a la disminución en 2021, con flujo neto negativo en ese año, parcialmente compensado por un aumento en el efectivo inicial y final en algunos años. La tendencia hacia menor aumento o incluso disminución del efectivo a fin de año en 2021 puede estar relacionada con una mayor necesidad de financiamiento o de amortización de deuda.
En resumen, el período considerado muestra una empresa con sólidos flujos operativos y una gestión activa en financiamiento y inversión, aunque enfrenta retos en la gestión de activos y pasivos, y presenta fluctuaciones en sus beneficios y resultados asociados a la enajenación y deterioro de activos. La generación de efectivo operativo sigue siendo fuerte, pero la inversión y financiamiento reflejan movimientos importantes que deben ser monitoreados para mantener la estabilidad a largo plazo.