Old Dominion Freight Line Inc. (NASDAQ:ODFL)

La proporción del pasivo total y patrimonio neto representada por el pasivo total se mantiene relativamente estable en torno al 24% a 25% a lo largo de los años, indicando una estructura de financiamiento que no ha experimentado cambios significativos en su nivel de endeudamiento en relación con el patrimonio.

Dentro del pasivo, los pasivos a largo plazo representan aproximadamente entre el 13.5% y el 15.3%, siendo una parte predominante en la estructura del pasivo, con fluctuaciones leves durante el período analizado, lo que sugiere una estrategia de financiamiento principalmente a largo plazo.

El patrimonio neto mantiene una proporción relativa estable cerca del 75%, con un ligero descenso en 2022, lo que puede reflejar una variación en las utilidades retenidas o en la distribución de utilidades.

Los pasivos a corto plazo y pasivos circulantes representan aproximadamente entre el 8.5% y el 10.9% del pasivo total, con un aumento en 2022, llegando casi al 11%. La proporción de pasivo corriente ha tenido cierta fluctuación, con un ligero aumento en el último año, lo que puede indicar un incremento en las obligaciones a corto plazo.

El porcentaje de cuentas a pagar en relación con el pasivo total muestra una tendencia a la baja desde 2.21% en 2018 a 1.76% en 2019, y posteriormente un incremento en 2022, alcanzando el 2.2%, lo que puede señalar cambios en la política de pagos o en las condiciones de proveedores.

Los otros pasivos acumulados tienden a mantenerse suaves en torno al 1%, aunque en 2020 había un ligero aumento, y en 2022 muestran una disminución a 1.07%, reflejando estabilidad en estos conceptos.

La deuda a largo plazo, excluyendo vencimientos actuales, fluctuó entre 1.13% en 2019 y 2.29% en 2020, pero mostró una tendencia a disminuir en 2022 hasta 1.65%. La presencia de vencimientos actuales en 2022 indica una parte de esta deuda que requiere también atención en la gestión de liquidez.

El porcentaje dedicado a vencimientos actuales de deuda a largo plazo aparece únicamente en 2022 en la data analizada, con un valor del 0.41%, señalando quizás una maduración de parte de la deuda a largo plazo en ese año.

Los impuestos sobre la renta a pagar muestran un incremento en 2019 y 2020, alcanzando un máximo del 0.2% en 2020, y desaparecen en 2021 y 2022, lo que podría reflejar cambios en la política tributaria o en la liquidación de obligaciones fiscales.

Los impuestos diferidos mantienen una proporción estable muy cercana al 6%, con ligeras fluctuaciones, en dirección a una gestión consistente de la carga fiscal diferida.

Las utilidades retenidas conforman aproximadamente el 70% de la estructura del patrimonio, con ligeras variaciones a lo largo del período, disminuyendo ligeramente en 2022.

El capital social, con un valor nominal de 0.10, representa menos del 1% del pasivo y patrimonio total, mientras que el capital superior al valor nominal fluctúa entre 3.62% y 5.57%, indicando una política de financiamiento mediante aportaciones por encima del valor nominal y utilidades acumuladas.