Estructura del balance: activo
Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2022-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2021-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2020-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2019-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2018-12-31).
- Análisis de los activos en relación con el total
- Los activos totales muestran estabilidad a lo largo del período. Sin embargo, un análisis de la composición revela cambios en la distribución entre activos circulantes y no corrientes. En 2018, los activos no corrientes representaban aproximadamente el 80.08%, aumentando ligeramente en 2019 y disminuyendo en 2020 y 2021, con una recuperación hacia el 80.7% en 2022. Por su parte, el activo circulante fluctuó, siendo aproximadamente el 19.92% en 2018, incrementando hasta cerca del 28.7% en 2021, antes de reducirse a aproximadamente 19.3% en 2022. La tendencia general indica un desplazamiento temporal hacia una mayor proporción de activos circulantes en ciertos años, aunque en 2022 vuelve a una distribución más equilibrada con la estructura del total de activos.
- Cambio en efectivo y equivalentes de efectivo
- El efectivo y equivalentes de efectivo mantiene una proporción significativa, aunque presenta variaciones. Se observa un incremento en 2019 al representar el 10.1% de los activos totales, casi el doble respecto a 2018, pero en 2022 decrece notablemente hasta el 3.85%. Esto puede indicar una reducción en liquidez inmediata o cambios en la gestión de efectivo, posiblemente pasando a otros activos o inversiones.
- Inversiones a corto plazo
- Las inversiones a corto plazo aparecen en los registros solo a partir de 2020, representando en ese año el 7.56% de los activos, disminuyendo en 2021 y 2022 hasta el 1.02%. La reducción en estas inversiones puede estar vinculada a cambios en la estrategia de inversión o en la gestión del efectivo, reflejando una menor disposición a mantener inversiones a corto plazo en períodos recientes.
- Cuentas a cobrar a clientes, menos provisiones
- Las cuentas por cobrar a clientes muestran una tendencia estable y significativa, oscilando en torno a aproximadamente el 10-12% de los activos totales. La proporción se mantiene ligeramente incrementada en 2022 (11.96%), indicando una estructura de cobros consistente, con una ligera tendencia a incrementarse, lo que puede implicar mayor actividad de crédito o cambios en las condiciones de cobranza.
- Impuestos sobre la renta por cobrar
- Los importes relacionados con impuestos por cobrar aparecen solo en 2020 y 2021 con una proporción muy pequeña (0.4% y 0.26%, respectivamente), disminuyendo o estabilizándose en niveles bajos y llegando a parecer insignificantes en 2022, lo que indica que la exposición o las obligaciones fiscales por cobrar son mínimas o que se han liquidado rápidamente.
- Otras cuentas por cobrar y gastos pagados por adelantado
- Las otras cuentas por cobrar mantienen proporciones bajas, del orden del 0.2 al 0.28%, con ligeros aumentos en 2022. Los gastos pagados por adelantado y otros activos corrientes muestran una tendencia ascendente, alcanzando el 1.92% en 2022, lo que puede reflejar un incremento en pagos anticipados por servicios o bienes.
- Valor de los activos corrientes
- El valor de los activos circulantes en porcentaje del total fluctúa, alcanzando un máximo del 28.7% en 2021, pero en 2022 vuelve a una proporción más baja, en torno al 19.3%. La variabilidad indica cambios en la gestión del inventario, efectivo, inversiones y cuentas por cobrar, en línea con la tendencia de estos componentes específicos.
- Bienes netos, equipos y otros activos
- Estos activos representan la mayor parte del patrimonio, con una tendencia decreciente en 2019 y 2020, llegando a un mínimo de aproximadamente el 66.69% en 2020 y 2021, para luego recuperar la proporción en 2022 hasta el 76.2%. Esto sugiere una revaluación o redistribución de activos fijos y otros activos no corrientes, reflejando potencialmente inversiones o desinversiones recientes.
- Activo no corriente
- El activo no corriente en porcentaje del total muestra una importante variación, disminuyendo desde más del 80% en 2018 a aproximadamente 71.3% en 2021, y recuperándose en 2022 al 80.7%. La fluctuación representa cambios en la composición de activos fijos y activos de larga duración, lo cual puede estar vinculado a inversiones o depreciaciones periódicas.