Estructura del balance: pasivo y patrimonio contable
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Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2019-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2018-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2017-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2016-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2015-12-31).
- Tendencias en la composición del pasivo
- En el período analizado, se observa un incremento en la proporción del pasivo corriente con respecto al pasivo total, pasando de aproximadamente 21% en 2015 y 2016 a 28.33% en 2019. Esto indica una tendencia hacia un incremento en las obligaciones a corto plazo. Por otro lado, la proporción del pasivo a largo plazo muestra una disminución sustancial, particularmente en 2019, donde representa aproximadamente 9.43%, en comparación con cerca de 18-19% en 2015-2017, reflejando un posible reducido enfoque en financiamiento a largo plazo o una reestructuración de la deuda.
- Composición de la deuda a largo plazo
- La deuda a largo plazo, excluyendo la parte corriente, presenta una tendencia decreciente a lo largo del período, disminuyendo de aproximadamente 18.2% en 2015 a 9.43% en 2019. Esta reducción puede asociarse a pagos de amortizaciones o refinanciamientos que han permitido reducir el peso de la deuda a largo plazo en la estructura financiera.
- Pasivos no corrientes y otros pasivos
- Los pasivos por beneficios para jubilados y otros pasivos a largo plazo mantienen proporciones relativamente estables, aunque con algunas fluctuaciones, situándose en torno a 24-27% en los primeros años y ajustándose a cerca de 24.74% en 2019. La presencia de pasivos por arrendamiento operativo, no corrientes, se evidencia en 2018 y 2019, representando aproximadamente un 2% del pasivo total, señalando la incorporación de esta obligación en el período reciente.
- Participaciones y patrimonio
- Las participaciones minoritarias redimibles muestran una tendencia de reducción significativa, alcanzando apenas un 0.09% en 2019, desde un 1.21% en 2015. Esto puede indicar una disminución en las participaciones minoritarias en las subsidiarias o cambios en la estructura de propiedad. El patrimonio total, medido en porcentaje del pasivo, se mantiene en un rango cercano al 35%, con una ligera tendencia a disminuir en 2017 y luego recuperarse en los años posteriores, llegando a un 36% en 2019. Las utilidades retenidas representan una proporción estable y elevada del patrimonio, superando el 62% en los años recientes, sugiriendo una política de acumulación de utilidades.
- Capital y otras partidas
- El capital desembolsado adicional y las acciones ordinarias mantienen una proporción mínima y estable en torno a 0.01%, indicando que la estructura básica de financiamiento por patrimonio es relativamente estable y no ha experimentado cambios sustanciales en los períodos analizados. La pérdida integral acumulada sigue siendo negativa y en aumento en magnitud, situándose en -26.79% en 2019, reflejando pérdidas acumuladas que impactan la valoración del patrimonio neto.
- Indicadores generales y estructura global
- El patrimonio neto total, como porcentaje del pasivo, se mantiene por encima de un 32%, aproximadamente, en los años recientes, con una ligera tendencia a estabilizarse alrededor de 35%. El pasivo total como porcentaje del pasivo total siempre es igual a 100%, pero en términos de estructura, el peso de la deuda a corto plazo ha aumentado, mientras que la deuda a largo plazo ha decrecido en participación, reflejando un cambio en las políticas de financiamiento. La presencia de pasivos relacionados con beneficios para jubilados y otros pasivos a largo plazo, junto con la reducción en la deuda a largo plazo, indica un enfoque hacia una estructura de pasivos más orientada a obligaciones a corto plazo para los años recientes.