Estructura del balance: activo
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- Estado de resultado integral
- Balance general: pasivo y capital contable
- Análisis de ratios de actividad a largo plazo
- Análisis de áreas geográficas
- Valor empresarial (EV)
- Modelo de fijación de precios de activos de capital (CAPM)
- Valor actual del flujo de caja libre respecto al patrimonio neto (FCFE)
- Coeficiente de liquidez corriente desde 2005
- Ratio de deuda sobre fondos propios desde 2005
- Periodificaciones agregadas
Aceptamos:
Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2019-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2018-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2017-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2016-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2015-12-31).
- Composición y liquidez
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El efectivo y equivalentes de efectivo ha mostrado una tendencia de incremento porcentual sobre los activos totales, pasando de 7.95% en 2015 a 12.42% en 2019, reflejando una mayor disponibilidad de recursos líquidos y una posible política de reservas de efectivo más conservadora en los últimos años.
Las inversiones a corto plazo experimentaron una disminución significativa en 2016, con un descenso a 0.33% del total de activos, y posteriormente mostraron valores moderados, sin datos para 2018, indicando una reducción en la inversión en instrumentos a corto plazo o una movilización de estos recursos hacia otras partidas.
Las cuentas por cobrar netas han mantenido una tendencia ascendente en proporción a los activos, del 3.99% en 2015 al 5.17% en 2018, con una disminución a 3.95% en 2019, sugiriendo una cierta estabilidad en la gestión de cobranzas.
El activo circulante en conjunto ha aumentado su peso relativo en la estructura del activo total, del 33.51% en 2015 al 37.85% en 2019, lo que indica una tendencia hacia mayor liquidez y posibilidad de financiamiento a corto plazo.
- Activos no corrientes y su composición
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El porcentaje de activos no corrientes ha mostrado una ligera disminución, del 66.49% en 2015 al 62.15% en 2019, aunque en términos absolutos este componente ha sido la principal parte de los activos totales en todos los períodos.
La buena voluntad ha presentado una reducción sustancial en su participación, del 50.31% en 2015 al 43.05% en 2019, reflejando posibles deterioros o amortizaciones relacionadas con adquisiciones previas.
El inmovilizado material ha incrementado su peso relativo, alcanzando casi un 9.7% en 2019, lo que puede indicar inversiones en activos físicos o de infraestructura, en línea con una posible optimización o expansión de capacidades productivas.
Otros activos intangibles, como los programas informáticos y otros activos no corrientes, han experimentado una tendencia de decrecimiento porcentual, pasando juntos de aproximadamente 3.4% en 2015 a menos del 2% en 2019, lo que podría reflejar amortizaciones continuas o cambios en las políticas de reconocimiento de estos activos.
- Pasivos y otros componentes
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El análisis presenta una información limitada respecto a pasivos y patrimonio, pero en cuanto a activos por derechos de uso de arrendamiento operativo, se observa su incorporación a partir de 2018 con un porcentaje de 2.53%, indicando una adopción de nuevas normativas o mayor utilización de arrendamientos operativos.
Los activos por impuestos diferidos, en línea con las tendencias de deterioro en activos intangibles y cambios en la política fiscal, muestran una tendencia decreciente hasta 2018 (1.04%) y un repunte en 2019 (1.54%).
- Resumen general
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A lo largo del período analizado, se observa un incremento en la proporción de activos líquidos y corrientes en relación con el total de activos, lo cual puede interpretarse como una estrategia para fortalecer la liquidez y facilitar la gestión de corto plazo.
Simultáneamente, la reducción significativa en la participación de la buena voluntad y activos intangibles sugiere amortizaciones y deterioro de estos activos, posiblemente reflejando un enfoque más conservador en reconocimiento de valor intangibles o adquisiciones pasadas que han sido amortizadas o deterioradas.
El aumento en la participación del inmovilizado material y los activos por derechos de uso indica una tendencia de inversión en activos físicos y en nuevas modalidades de arrendamiento, posiblemente para mejorar capacidades o adaptarse a cambios regulatorios.
En conjunto, los cambios en la estructura de activo reflejan un proceso de ajuste hacia una mayor liquidez, menor dependencia de activos intangibles caros de mantener y una orientación hacia activos físicos y circulantes, que pueden favorecer la estabilidad y la flexibilidad financiera.