Estructura del balance: pasivo y patrimonio contable
Datos trimestrales
Basado en los informes: 10-Q (Fecha del informe: 2022-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2022-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2022-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2021-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2021-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2021-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2021-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2020-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2020-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2020-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2020-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2019-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2019-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2019-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2019-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2018-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2018-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2018-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2018-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2017-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2017-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2017-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2017-03-31).
El análisis de los datos financieros trimestrales revela varias tendencias relevantes en la estructura de pasivos y capital de la empresa a lo largo del período considerado.
- Cuentas a pagar
- El porcentaje de cuentas a pagar en relación al pasivo total y al capital contable muestra fluctuaciones, alcanzando picos en el tercer trimestre de 2017 y en el primer trimestre de 2020, con valores cercanos al 2.94% y 1.7% respectivamente. En general, se observa una tendencia a la disminución en los últimos trimestres, sugiriendo una posible aceleración en el pago de obligaciones comerciales, aunque con algunas recuperaciones.
- Gastos devengados
- Este concepto presenta un incremento progresivo en su porcentaje, especialmente a partir del tercer trimestre de 2019, alcanzando un valor máximo del 10.2% en el cuarto trimestre de 2022. Es indicativo de aumento en los pasivos relacionados con gastos acumulados, posiblemente reflejando mayores obligaciones o retrasos en pagos asociados a gastos operativos.
- Obligaciones de arrendamiento financiero, corrientes
- Se mantiene en niveles bajos, con fluctuaciones leves, y una tendencia descendente desde aproximadamente 1.27% en 2017 hasta mínimos alrededor del 0.07% en 2022. Esto puede indicar una disminución en la proporción de obligaciones de arrendamiento financiero a corto plazo o un cambio en la forma en que se reconocen estas obligaciones.
- Fondos por pagar e importes adeudados a vendedores
- Este rubro presenta variabilidad, con un descenso notable en 2018 y un repunte en 2019, alcanzando hasta el 6.33%. Desde entonces, mantiene niveles relativamente estables con ligeras oscilaciones, lo cual puede reflejar cambios en la gestión de las obligaciones con proveedores o en la política de pagos pendientes.
- Ingresos diferidos
- Se mantienen en valores relativamente bajos pero con una tendencia estable en torno al 0.3% al 1%. No muestran cambios significativos, sugiriendo estabilidad en los ingresos aún no reconocidos como ingresos devengados.
- Otros pasivos corrientes
- El porcentaje fluctúa, alcanzando máximos cercanos al 0.94% en algunos trimestres, pero sin una tendencia clara de incremento o disminución de largo plazo, manteniendo un papel moderado dentro del pasivo total.
- Pasivo corriente
- Este concepto muestra variaciones importantes, con aumentos considerables en los trimestres finales de 2019 y 2020, alcanzando cerca del 20%, seguido de una recuperación en los niveles del 12-16% en trimestres posteriores. La tendencia indica una mayor proporción de pasivo corriente en ciertos períodos críticos, que podría asociarse a mayores obligaciones a corto plazo o a una estrategia financiera que prioriza financiamiento a corto plazo durante determinados momentos.
- Obligaciones por arrendamiento financiero, netas de la parte corriente
- Este ítem presenta una tendencia general de disminución en su proporción, pero con picos en los primeros trimestres de 2022, superando el 4%. Esto refleja una reducción en la proporción de obligaciones de arrendamiento no corriente, aunque con algunos incrementos que podrían indicar nuevos contratos o cambios en el reconocimiento de estos pasivos.
- Pasivos por impuestos diferidos
- Se caracterizan por una disminución significativa a partir de 2017, llegando a niveles cercanos a cero en 2019, y luego experimentando leves repuntes posteriores. La reducción en los impuestos diferidos puede estar relacionada con cambios en la utilidad fiscal o en la determinación de obligaciones diferidas.
- Deuda a largo plazo, neta
- Este concepto revela un incremento sustancial en 2022, alcanzando aproximadamente 92.99% en relación al pasivo total y al capital contable, indicando una mayor dependencia de financiamiento a largo plazo en ese momento. Antes de 2022, sus valores permanecen relativamente moderados, con una tendencia alcista en los últimos períodos, resaltando una posible estrategia de financiamiento a largo plazo para sostener operaciones o inversiones.
- Otros pasivos
- Se mantienen en niveles bajos, con valores alrededor del 1.65% a 4.58%, mostrando cierta estabilidad en esta categoría.
- Pasivo no corriente
- Este rubro presenta fluctuaciones, con un incremento notable en 2019, alcanzando hasta el 71.5%, y posteriormente una tendencia sostenida al alza llegando a niveles cercanos al 104.45% en 2022. La variación amplia refleja cambios en la clasificación de pasivos no corrientes o la incorporación de nuevas obligaciones a largo plazo, señalando una mayor importancia de las deudas no corrientes en el balance a partir de 2020.
- Pasivo total
- Su porcentaje respecto al total muestra un aumento progresivo, pasando de aproximadamente 44.41% en 2017 a un valor excepcionalmente alto en 2022 (124.74%), debido a la disminución del patrimonio y posible incremento en pasivos, en línea con los cambios en la estructura de financiamiento y capital.
- Capital social (acciones ordinarias y preferentes)
- El valor nominal de acciones ordinarias se mantiene en niveles bajos, con una presencia casi nula en la estructura porcentual, mientras que no se observan acciones preferentes reportadas. El capital desembolsado adicional varía, siendo alto en 2017 (más del 80%) y disminuyendo significativamente en años posteriores, llegando a cerca del 16-17% en 2021 y 2022, esto indica una reducción en el capital adicional aportado.
- Utilidades retenidas y otro resultado integral
- Las utilidades retenidas presentan una tendencia negativa consistente desde 2017 hasta 2022, alcanzando un déficit fuerte de aproximadamente -41.11% en 2022, evidenciando pérdidas acumuladas y una disminución en la acumulación de beneficios. Por otro lado, el resultado del otro resultado integral también muestra deterioro, con valores negativos y un incremento en las pérdidas acumuladas en períodos recientes, contribuyendo a la caída del patrimonio.
- Capital contable (déficit)
- Este concepto muestra una tendencia negativa significativa a partir de 2020, transformándose en un déficit en 2022 con un porcentaje de -24.74%, lo cual refleja pérdidas acumuladas y deterioro del patrimonio neto, condicionando la estructura financiera de la empresa y señalando dificultades en la rentabilidad y solidez del patrimonio en los últimos períodos.