Sherwin-Williams Co. (NYSE:SHW)

El análisis de los datos revela tendencias significativas en los indicadores de liquidez a lo largo del período examinado.

Coeficiente de Liquidez Corriente

Se observa una fluctuación en este ratio, comenzando en 0.9 en marzo de 2021 y mostrando una relativa estabilidad alrededor de 0.8 a 0.9 durante 2021 y la mayor parte de 2022. A partir de marzo de 2023, se aprecia una tendencia decreciente, alcanzando un mínimo de 0.78 en septiembre de 2023, para luego experimentar una ligera recuperación en los trimestres finales de 2023 y principios de 2024. En 2024, el ratio se mantiene en un rango entre 0.79 y 0.83, mostrando una leve mejora en los últimos trimestres, llegando a 0.82 en septiembre de 2025.

Ratio de Liquidez Rápida

Este ratio presenta un comportamiento similar al coeficiente de liquidez corriente, con valores que oscilan entre 0.4 y 0.52. Se identifica una ligera tendencia a la baja desde marzo de 2021 hasta junio de 2022. Posteriormente, se observa una breve mejora en el tercer y cuarto trimestre de 2022, seguida de un descenso más pronunciado en 2023, alcanzando un mínimo de 0.4 en septiembre de 2023. En 2024, el ratio se estabiliza en torno a 0.44, con una ligera recuperación a 0.45 en junio de 2025.

Ratio de Liquidez en Efectivo

Este indicador muestra los valores más bajos de los tres analizados, fluctuando entre 0.02 y 0.08. Se observa una variabilidad trimestral considerable, sin una tendencia clara definida. Los valores se mantienen relativamente bajos a lo largo de todo el período, con una ligera tendencia a la estabilidad en los últimos trimestres, oscilando entre 0.03 y 0.08. No se identifican cambios significativos en este ratio.

En general, se puede inferir que la capacidad de la entidad para cubrir sus obligaciones a corto plazo, medida por estos ratios, ha experimentado una ligera disminución a lo largo del tiempo, especialmente en 2023. La liquidez en efectivo se mantiene consistentemente baja, lo que podría indicar una dependencia de otros activos para cumplir con las obligaciones inmediatas.

El análisis de los datos revela tendencias significativas en la composición del balance. Se observa una fluctuación en el activo circulante a lo largo del período analizado, con un incremento general desde el primer trimestre de 2021 hasta el último trimestre de 2024, seguido de una ligera disminución en el primer semestre de 2025.

El pasivo corriente muestra una tendencia al alza más pronunciada y constante durante el mismo período, superando en varios trimestres al activo circulante. Esta dinámica sugiere una creciente dependencia de financiamiento a corto plazo.

Activo Circulante

Inicialmente, el activo circulante se mantuvo relativamente estable entre el primer y tercer trimestre de 2021, experimentando una disminución en el último trimestre de ese año. Posteriormente, se observa un aumento considerable en el primer trimestre de 2022, seguido de fluctuaciones trimestrales sin una dirección clara hasta el primer semestre de 2024. A partir de ese momento, se aprecia una ligera tendencia a la baja.

Pasivo Corriente

El pasivo corriente exhibe un crecimiento constante y significativo desde el primer trimestre de 2021 hasta el último trimestre de 2024. Este incremento es más pronunciado en el primer trimestre de 2022 y se mantiene elevado a lo largo de los trimestres siguientes. En el primer semestre de 2025, se observa una ligera disminución, aunque los niveles siguen siendo altos.

Coeficiente de Liquidez Corriente

El coeficiente de liquidez corriente presenta una tendencia general a la baja a lo largo del período. Inicialmente, se sitúa alrededor de 0.9 en el primer trimestre de 2021, disminuyendo a 0.84 en el segundo trimestre de 2021 y 0.83 en el tercero. Se observa una ligera recuperación en el último trimestre de 2021, seguida de fluctuaciones que mantienen el ratio por debajo de 1 en la mayoría de los trimestres. Hacia el final del período analizado, el coeficiente se estabiliza en torno a 0.8, indicando una capacidad de pago a corto plazo potencialmente limitada.

En resumen, la evolución de estos indicadores sugiere un cambio en la estructura financiera, con un aumento en la dependencia del financiamiento a corto plazo y una disminución en la capacidad de cubrir las obligaciones corrientes con los activos circulantes disponibles.

El análisis de los datos revela tendencias significativas en la composición del balance. Se observa una fluctuación en el total de activos rápidos a lo largo del período analizado, con un pico en el primer trimestre de 2022 y una disminución posterior, seguida de una recuperación gradual hasta el tercer trimestre de 2023. Posteriormente, se aprecia una nueva caída en el último trimestre de 2023 y los primeros trimestres de 2024, con una recuperación parcial en los trimestres siguientes.

En cuanto al pasivo corriente, se identifica una tendencia general al alza durante la mayor parte del período. Se observa un incremento constante desde el primer trimestre de 2021 hasta el primer trimestre de 2023, momento en el que alcanza su valor máximo. A partir de ese punto, se registra una ligera disminución, aunque se mantiene en niveles elevados a lo largo de los trimestres siguientes, con un nuevo aumento en los últimos períodos.

Ratio de liquidez rápida

El ratio de liquidez rápida muestra una relativa estabilidad en un rango entre 0.41 y 0.52 durante la mayor parte del período. Se aprecia una ligera tendencia a la mejora en 2022 y principios de 2023, seguida de una disminución en el último trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024. A partir de ese momento, se observa una recuperación gradual, aunque sin alcanzar los niveles máximos previos. La fluctuación en este ratio refleja la relación entre los activos líquidos y las obligaciones a corto plazo, indicando la capacidad de la entidad para cubrir sus deudas inmediatas con activos fácilmente convertibles en efectivo.

La dinámica entre los activos rápidos y el pasivo corriente sugiere una gestión de la liquidez que experimenta variaciones a lo largo del tiempo. El aumento del pasivo corriente, combinado con las fluctuaciones en los activos rápidos, impacta directamente en el ratio de liquidez rápida, lo que requiere un seguimiento continuo para asegurar la solvencia a corto plazo.

En resumen, los datos indican una evolución compleja en la estructura financiera, con cambios en los niveles de activos líquidos y pasivos corrientes que influyen en la capacidad de la entidad para cumplir con sus obligaciones financieras inmediatas. La tendencia general al alza del pasivo corriente, junto con las fluctuaciones en los activos rápidos, exige una gestión prudente de la liquidez y una evaluación continua de los riesgos financieros.

El análisis de los datos financieros revela tendencias significativas en la gestión de activos y pasivos corrientes. Se observa una fluctuación considerable en los activos totales en efectivo a lo largo del período analizado.

Activos totales en efectivo

Inicialmente, se registra un valor de 314.700 unidades monetarias, seguido de una disminución a 219.600. Posteriormente, se aprecia un repunte a 313.300, para luego experimentar una caída a 165.700. A partir de ese punto, se observa un aumento significativo a 401.100, seguido de fluctuaciones que oscilan entre 130.500 y 503.400. La tendencia general, a largo plazo, muestra una variabilidad considerable sin una dirección clara, aunque se identifica un incremento en los últimos períodos analizados, alcanzando 269.800 y 241.500.

Pasivo corriente

El pasivo corriente presenta una tendencia general al alza durante el período. Se inicia en 5.651.600 unidades monetarias y aumenta gradualmente hasta alcanzar un máximo de 7.483.500. Si bien se observan fluctuaciones trimestrales, la trayectoria general indica un incremento constante en las obligaciones a corto plazo. En los últimos períodos, se mantiene en un rango entre 7.218.100 y 8.196.400.

Ratio de liquidez en efectivo

El ratio de liquidez en efectivo muestra una volatilidad considerable. Inicialmente, se sitúa en 0,06, disminuyendo a 0,04 y 0,05 en los trimestres siguientes. Posteriormente, experimenta una caída a 0,03, para luego repuntar a 0,06. A partir de ese momento, se mantiene en un rango bajo, oscilando entre 0,02 y 0,04, con un breve repunte a 0,08. La tendencia general indica una capacidad limitada para cubrir las obligaciones corrientes con activos en efectivo, aunque se observa una ligera mejora en los últimos períodos, estabilizándose en 0,03.

En resumen, la empresa presenta una gestión de efectivo variable y un aumento constante del pasivo corriente. El ratio de liquidez en efectivo, aunque bajo, muestra cierta estabilidad en los últimos trimestres. La fluctuación en los activos en efectivo podría indicar una estrategia activa de gestión de tesorería o la influencia de factores externos.