Estado de flujos de efectivo
El estado de flujo de efectivo proporciona información sobre los ingresos y pagos de efectivo de una empresa durante un período contable, mostrando cómo estos flujos de efectivo vinculan el saldo de efectivo final con el saldo inicial que se muestra en el balance general de la empresa.
El estado de flujos de efectivo consta de tres partes: flujos de efectivo proporcionados por (utilizados en) actividades operativas, flujos de efectivo proporcionados por (utilizados en) actividades de inversión y flujos de efectivo proporcionados por (utilizados en) actividades de financiamiento.
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Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2024-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2023-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2022-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2021-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2020-12-31).
El análisis de los datos financieros muestra varias tendencias relevantes a lo largo del período considerado. En términos de utilidad neta, se observa un crecimiento significativo, especialmente en 2024, con un aumento considerable respecto a años anteriores. Esta tendencia positiva indica una mejora en la rentabilidad de la compañía, consolidando posiblemente una recuperación o expansión en sus operaciones.
En cuanto a las adiciones a los recursos de contenido, los valores son negativos en todo el período, reflejando una inversión constante y significativa en contenido. Aunque en algunos años la inversión decrece, en 2024 se incrementa en comparación con 2023, sugiriendo un compromiso sostenido con la expansión de su biblioteca de contenido.
El cambio en los pasivos por contenido muestra fluctuaciones pequeñas, con un aumento en 2021, una ligera recuperación en 2022, y una caída en años posteriores, principalmente en 2023 y 2024. La amortización de activos de contenido se mantiene en una tendencia al alza, sugiriendo una mayor depreciación de los activos adquiridos previamente, lo cual es coherente con las inversiones continuas en contenido y la estrategia de amortización a largo plazo.
Los gastos de depreciación y amortización de inmovilizados aumentan en línea con la inversión en contenido, alcanzando su valor más alto en 2022, y luego se estabilizan, mostrando un nivel alto de depreciación constante. En contraste, los gastos de compensación basados en acciones muestran cierta fluctuación, con una disminución en 2024 tras un pico en 2022, reflejando cambios en la política de incentivos o en la gestión de recompensas.
Las pérdidas o ganancias por la remisión en moneda extranjera son variables, con pérdidas en 2020, ganancias en 2021, y pérdidas leves en 2022, mientras que en 2023 regresan a una pequeña ganancia, y en 2024 vuelven a experimentar pérdidas, evidenciando cierta volatilidad en la exposición a divisas extranjeras.
Las otras partidas no monetarias crecen en general, alcanzando su máximo en 2022, lo que puede estar asociado a mayores ajustes contables o provisiones. Los impuestos diferidos muestran una tendencia variada, con un incremento en 2021, seguidos de deterioro en años posteriores, reflejando posibles cambios en las provisiones fiscales o en la estructura fiscal.
En los activos y pasivos corrientes, se observan variaciones, con un aumento en cuentas a pagar en 2021, una reducción significativa en 2022, y un incremento en 2023, seguido de un ligero aumento en 2024. Los gastos devengados y otros pasivos fluctúan, aunque tienden a estabilizarse en los años finales. Los ingresos diferidos también muestran fluctuaciones, con un crecimiento en 2024, indicando posibles retrasos en el reconocimiento de ingresos.
Los cambios en activos y pasivos operativos muestran una tendencia a ser negativos en años recientes, con una disminución en 2023 y 2024, lo que puede implicar una reducción en los flujos de operación o un manejo más estricto del capital circulante.
Los ajustes para conciliar la utilidad neta con el efectivo neto generado por actividades operativas evidencian fluctuaciones extremas, con valores altos en 2021 y 2022, y positivos en 2023, seguidos de una cifra negativa en 2024. Sin embargo, el efectivo neto proporcionado por dichas actividades muestra una tendencia estable y creciente, especialmente en 2023 y 2024, reflejando una generación de efectivo sólida y en crecimiento.
En actividades de inversión, se observa un patrón de inversión constante en bienes y equipos, con valores relativamente estables pero negativos, indicativa de inversiones en activos fijos. La compra de inversiones a corto plazo se incrementa en 2022 y 2023, alcanzando picos elevados, y luego disminuye en 2024, posiblemente en respuesta a cambios en la estrategia de inversión. La recuperación de efectivo procedente del vencimiento de inversiones en 2024 sugiere una estrategia de liquidez o de rotación de cartera de inversiones.
Las actividades de financiación experimentan cambios significativos, con emisiones de deuda y acciones, así como recompras de acciones en años diferentes. En particular, las recompras de acciones en 2022 y 2023 muestran un retiro de efectivo considerable, lo cual puede estar asociado a programas de recompra para incrementar el valor para los accionistas. La emisión de deuda en 2021 y 2024 también indica una estrategia de financiamiento a largo plazo, mientras que la emisión de acciones presenta una tendencia variable pero significativa en diferentes años.
El efectivo y sus equivalentes al cierre del período permanecen en niveles elevados, manteniéndose en un rango creciente y representando una posición de liquidez significativa, que respalda la estabilidad financiera de la entidad. La variación neta en efectivo a lo largo de los años refleja los flujos operativos, de inversión y financiación, con picos en aumentos importantes en 2020 y 2023, así como reducciones notables en años intermedios.