Estructura del balance: pasivo y patrimonio contable
Datos trimestrales
HCA Healthcare Inc., estructura del balance consolidado: pasivos y patrimonio contable (datos trimestrales)
Basado en los informes: 10-Q (Fecha del informe: 2022-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2021-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2021-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2021-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2021-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2020-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2020-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2020-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2020-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2019-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2019-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2019-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2019-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2018-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2018-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2018-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2018-03-31), 10-K (Fecha del informe: 2017-12-31), 10-Q (Fecha del informe: 2017-09-30), 10-Q (Fecha del informe: 2017-06-30), 10-Q (Fecha del informe: 2017-03-31).
Una tendencia general de aumento en los porcentajes de cuentas a pagar en relación con el pasivo total y el capital contable (déficit) se observa a lo largo del período analizado. Desde niveles cercanos al 6.4% en el primer trimestre de 2017, se registra un incremento paulatino que supera el 8% en los últimos trimestres de 2022, indicando una mayor proporción del pasivo en forma de cuentas a pagar relativamente elevada.
Los salarios devengados muestran una tendencia ligeramente ascendente, comenzando en un 3.4% en 2017 y alcanzando tasas superiores al 3.7% en 2019, con fluctuaciones menores en los finales de 2020 y principios de 2021. Esto sugiere un incremento proporcional en los gastos relacionados con salarios con respecto a la estructura del pasivo y el capital.
Los otros gastos devengados presentan una variabilidad con picos y bajadas, pero en general se mantienen en torno a porcentajes entre el 5% y el 6.8%. Se nota una tendencia hacia incrementos en ciertos períodos, particularmente en los trimestres de 2018 y 2021, lo que puede indicar una mayor acumulación de obligaciones no vistas en gastos o pasivos acordados.
En cuanto a la responsabilidad de reembolso de estímulo del gobierno, su registro empieza a partir del segundo trimestre de 2019, alcanzando porcentajes superiores a 10% en 2020, con picos en el 12%. Esto refleja la incorporación de obligaciones adicionales relacionadas con estímulos gubernamentales, incrementándose de manera significativa durante la pandemia y manteniéndose en niveles altos en los meses subsiguientes.
La proporción de deuda a largo plazo con vencimiento en un año muestra fluctuaciones marcadas, con mínimos cercanos al 0.3% en algunos períodos y picos de hasta 8.75%. En particular, se observa un incremento notable en el primer trimestre de 2019, posiblemente reflejando refinanciamientos o nuevas emisiones de deuda a corto plazo.
El pasivo corriente mantiene un porcentaje variable, oscilando entre aproximadamente 15% y 28% del pasivo total y el capital contable. Se destaca un incremento sustancial en el cuarto trimestre de 2020, alcanzando casi el 28%, lo que indica un aumento en obligaciones de corto plazo en ese período.
El porcentaje de deuda a largo plazo ajustada por costos de emisión y descuentos evidencia una tendencia decreciente desde niveles cercanos al 92% en 2017, hasta alrededor del 60-70% en 2020 y 2021, sugiriendo una reducción en la proporción de deuda a largo plazo en relación con el pasivo total y el capital.
Los riesgos de responsabilidad profesional permanecen relativamente estables en torno al 3%, con leves fluctuaciones, indicando estabilidad en esta categoría de pasivos.
Las obligaciones de arrendamiento operativo no corriente por derecho de uso, que emergen en los registros a partir de 2018, mantienen porcentajes en torno al 3.2% al 3.7%, señalando una participación moderada de estos pasivos en la estructura total.
Los impuestos sobre la renta y otras obligaciones presentan cierta fluctuación, con niveles desde alrededor del 2.9% en 2020 hasta picos superiores al 5.6% en 2022, lo que puede reflejar cambios en la carga fiscal y obligaciones fiscales acumuladas.
El componente de pasivos no corrientes presenta variaciones, pero en conjunto mantiene una participación elevada en la estructura del pasivo total, con porcentajes superiores al 70% en la mayoría de los períodos, y alcanzando hasta cerca del 86% en ciertos meses de 2020, lo cual indica una predominancia de obligaciones no corrientes en el pasivo total.
El crecimiento del pasivo total respecto a toda la estructura muestra una tendencia decreciente desde aproximadamente 115.85% en 2017 hasta cerca del 93.91% en 2020, reflejando posiblemente una mejora en la estructura de financiamiento, o una disminución relativa en los pasivos totales.
Las acciones ordinarias y el capital superior al valor nominal permanecen prácticamente constantes en el tiempo, con porcentajes mínimos que indican una estructura principalmente financiada por pasivos.
Las pérdidas o ganancias acumuladas y la utilidad retenida muestran una tendencia de mejora en los primeros años, desde pérdidas significativas en la primera parte del período, a utilidades positivas en 2020 y 2021, aunque en 2022 vuelven a mostrar una posición negativa. Esto se refleja en una modificación de la posición del capital contable, que pasa de negativo en varios trimestres, a valores positivos en 2020 y 2021, antes de revertir parcialmente a negativo en 2022.
El capital contable total, que parte en niveles negativos en 2017, exhibe una recuperación durante 2020 y 2021, alcanzando valores positivos, pero en 2022 vuelve a la senda negativa, indicando fluctuaciones en la rentabilidad y en la acumulación de utilidades o pérdidas.
Las participaciones minoritarias mantienen una participación estable en torno al 4.7% al 5.0%, con ligeras variaciones durante todo el período, reflejando una estructura de propiedad en la que las acciones de control mayoritario son predominantes.
En conjunto, la estructura del pasivo y capital refleja una tendencia hacia la reducción en la proporción de deuda a largo plazo y una mejoría en el capital en 2020 y 2021, aunque con fluctuaciones que sugieren volatilidad en la generación de utilidades y en la gestión del pasivo.