Advanced Micro Devices Inc. (NASDAQ:AMD)

El análisis de los ratios de liquidez revela tendencias relevantes a lo largo del período de observación, reflejando la evolución en la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones a corto plazo.

Coeficiente de liquidez corriente

Este ratio muestra una tendencia general de incremento en los primeros períodos, pasando de 2.21 en marzo de 2020 a un máximo de 2.82 en septiembre de 2024, antes de experimentar una ligera disminución a 2.49 en junio de 2025. La evolución indica que la empresa ha mantenido una posición sólida de liquidez, con una ligera tendencia a fortalecer su capacidad para cubrir obligaciones corrientes con activos corrientes, aunque con cierta fluctuación en los meses más recientes.

Ratio de liquidez rápido

Este ratio, que excluye inventarios y otros activos menos líquidos, también presenta una tendencia de aumento, desde 1.55 en marzo de 2020 hasta un pico de 1.79 en septiembre de 2024, seguido de una caída a 1.12 en junio de 2025. La tendencia sugiere una mejora en la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones inmediatas, aunque en el último período se observa una reducción significativa, lo que podría reflejar un deterioro en los activos líquidos disponibles en relación con pasivos a corto plazo.

Ratio de liquidez en efectivo

Este ratio muestra fluctuaciones más pronunciadas, comenzando en 0.7 en marzo de 2020, alcanzando un máximo de 1.31 en junio de 2021, y experimentando múltiples variaciones posteriores. Notablemente, en junio de 2024 se registra un valor de 0.86, mientras que en diciembre de 2024 y marzo de 2025 vuelve a bajar a valores cercanos a 0.6. La tendencia indica que la proporción de efectivo en relación con los pasivos corrientes ha sido variable, con periodos de mejora y deterioro en la disponibilidad inmediata de recursos líquidos para afrontar obligaciones inmediatas.

En conjunto, los datos sugieren que la compañía ha mantenido, en general, ratios de liquidez adecuados y en línea con estándares aceptables, aunque la reciente caída en estos indicadores, especialmente en el ratio de liquidez en efectivo, podría señalar desafíos en la gestión de efectivo o cambios en la estructura de activos líquidos. Es importante monitorear estas tendencias próximas, dado que una reducción significativa en la liquidez inmediata puede afectar la capacidad operativa y financiera en el corto plazo.

Tendencias en el activo circulante

A lo largo del período analizado, el activo circulante presenta una tendencia general de crecimiento sostenido. Desde aproximadamente 4,390 millones de dólares en marzo de 2020 hasta superar los 24,519 millones en junio de 2025, se observa un aumento constante en los activos líquidos y equivalentes de la empresa. Este incremento sugiere una acumulación progresiva de recursos a corto plazo, posiblemente vinculada a mejores niveles de inventarios, cuentas por cobrar o efectivo. La tendencia ascendente en el activo circulante refleja una mayor capacidad de la empresa para cubrir obligaciones inmediatas y mantener liquidez suficiente para operaciones futuras.

Tendencias en el pasivo corriente

El pasivo corriente también muestra un crecimiento a lo largo del período, pasando de 1,985 millones en marzo de 2020 a aproximadamente 9,843 millones en junio de 2025. Aunque la expansión en términos absolutos es notable, la relación con el activo circulante y la liquidez indican que la empresa ha incrementado sus obligaciones a corto plazo, en línea con la expansión de sus recursos. Es importante señalar que, en algunos períodos, el pasivo corriente experimenta aumentos pronunciados, evidenciando posibles necesidades de financiamiento o mayores compromisos financieros a corto plazo durante ciertos trimestres.

Análisis del coeficiente de liquidez corriente

El ratio de liquidez corriente fluctuó a lo largo del período, pero en general mantuvo un nivel relativamente alto, rondando entre 2.02 y 2.82. Esto indica que la empresa ha logrado mantener una posición de liquidez sólida, con activos circulantes varias veces superiores a sus pasivos corrientes. La tendencia de estos ratios muestra una ligera mejora en algunos trimestres, alcanzando picos superiores a 2.8, lo que refleja una gestión eficiente de los recursos líquidos y una adecuada cobertura de obligaciones de corto plazo. La estabilidad y la alta relación sugieren una salud financiera favorable en cuanto a liquidez, con margen para afrontar obligaciones inmediatas sin apuros.

Patrón de activos rápidos

Desde el primer trimestre de 2020 hasta el tercer trimestre de 2024, los activos rápidos han mostrado una tendencia general de incremento, pasando de 3,076 millones de dólares en marzo de 2020 a 12,953 millones en septiembre de 2024. Aunque se observan some fluctaciones en ciertos períodos, la tendencia predominante sugiere un crecimiento sostenido en la disponibilidad de activos líquidos de rápida conversión, lo cual puede indicar una mejora en la liquidez y en la eficiencia en la gestión de activos líquidos.

Evolución del pasivo corriente

El pasivo corriente presenta un aumento constante a lo largo del mismo período, incrementándose de 1,985 millones en marzo de 2020 a 9,843 millones en septiembre de 2024. La tendencia sugiere una expansión en las obligaciones a corto plazo, que podría estar relacionada con mayores operaciones o financiamiento a corto plazo. La proporción relativa respecto a los activos rápidos indica que, aunque también aumenta, el crecimiento en activos líquidos puede compensar en cierta medida un incremento en los pasivos, manteniendo una posición de liquidez relativa en el corto plazo.

Ratio de liquidez rápida

El ratio de liquidez rápida muestra una tendencia variable pero en general favorable, comenzando en 1.55 en marzo de 2020 y alcanzando 1.12 en septiembre de 2024, después de picos en algunos períodos. A principios del período, el ratio se mantuvo por encima de 1.5, señalando una posición de liquidez sólida, pero en los últimos trimestres experimenta una disminución que podría indicar una reducción en la proporción de activos líquidos en relación con el pasivo corriente. La caída a 1.12 en septiembre de 2024 sugiere una atención potencial a la gestión de liquidez a corto plazo.

Activos totales en efectivo

Desde el primer trimestre de 2020 hasta el cuarto de 2024, los activos en efectivo muestran una tendencia general de aumento. Se observa un incremento significativo a partir del segundo trimestre de 2020, alcanzando un pico en el primer trimestre de 2023. Posteriormente, se evidencian fluctuaciones con un descenso en los últimos trimestres de 2024, aunque los niveles de efectivo permanecen relativamente superiores a los observados en 2020. Esta tendencia sugiere una estrategia de acumulación de efectivo para fortalecer la liquidez, con algunas caídas que podrían reflejar uso de estos recursos o cambios en las necesidades de liquidez de la empresa.

Pasivo corriente

El pasivo corriente presenta una tendencia ascendente a lo largo del periodo analizado. Tras un incremento inicial en 2020, continúa creciendo de manera sostenida, alcanzando un valor máximo en el cuarto trimestre de 2024. La escalada en los pasivos corrientes puede indicar un aumento en las obligaciones financieras de corto plazo, o una estrategia de financiamiento a corto plazo para capital de trabajo, aunque también puede reflejar un incremento en los requerimientos operativos o en pago de deudas a corto plazo.

Ratio de liquidez en efectivo

El ratio de liquidez en efectivo muestra una variabilidad significativa a lo largo del período. En los primeros trimestres de 2020, se mantiene en niveles cercanos a 0.7, incrementándose notablemente en 2021 y alcanzando valores por encima de 1.0 en varias ocasiones, lo que indica una mejora en la capacidad de la empresa para cubrir sus pasivos a corto plazo con disponibilidad de efectivo. Sin embargo, hacia finales de 2022 y en 2023, el ratio disminuye por debajo de 0.8, llegando incluso a 0.6 en algunos momentos, reflejando una disminución en la liquidez relativa respecto a los pasivos corrientes. La tendencia revela una situación de liquidez variable, con picos de fortaleza en ciertos períodos seguidos de deterioro, lo que puede afectar la solvencia a corto plazo si los pasivos en aumento no son gestionados adecuadamente.