Cadence Design Systems Inc. (NASDAQ:CDNS)

El periodo analizado muestra una volatilidad significativa en la rentabilidad, acompañada de una evolución sostenida en la base de capital y una rentabilidad sobre el capital propio que refleja tanto episodios extraordinarios como mejoras estructurales en el desempeño operativo y en la construcción de patrimonio.

Utilidad neta

La serie presenta valores moderados en los primeros años, con un punto de inflexión asociado a una pérdida neta extremadamente pronunciada en 2008 (-1.854 millones) y otra menor en 2009 (-0.150 millones). A partir de 2010 se observa una recuperación: 126.5 millones en 2010, seguido de fluctuaciones menores en 2011 y 2012, y un patrón de crecimiento progresivo hacia fines de la década. Entre 2013 y 2017 se registran niveles bajos en comparación con los picos posteriores, pero la tendencia se mantiene positiva. A partir de 2018 se intensifica el crecimiento, alcanzando 345.8 millones en 2018 y subiendo significativamente a 988.979 millones en 2019. Después de 2019 se mantiene un nivel alto, con 590.644 millones en 2020, 695.955 en 2021, 848.952 en 2022, 1.041.144 en 2023 y 1.055.484 en 2024. En conjunto, la trayectoria refleja una fuerte recuperación y una capacidad de generación de utilidades que supera los niveles de la década previa, especialmente desde 2019 en adelante.

Capital contable

El capital contable inicia en 1.844.704 en 2005 y aumenta hasta 2.080.066 en 2007, con una caída sustancial en 2008 hasta 101.968 y una ligera recuperación en 2009 (108.373). A partir de 2010 se observa una trayectoria de fortalecimiento: 276.654 (2010) y 411.130 (2011), con incrementos sostenidos que alcanzan 915.171 (2012) y 1.156.105 (2013). En los años siguientes continúa la expansión, moviéndose a 1.333.574 (2014) y 1.376.115 (2015), seguido de una corrección en 2016 a 741.770. Posteriormente, se reanuda el crecimiento: 989.202 (2017), 1.282.401 (2018) y 2.102.894 (2019). El proceso alcista se mantiene con 2.493.018 (2020), 2.740.675 (2021), 2.745.113 (2022), 3.404.271 (2023) y 4.673.578 (2024). En resumen, tras el episodio de 2008-2009 la base de capital contable muestra una expansión sostenida y un crecimiento acelerado a partir de 2018, reflejando acumulación de reservas y/o nuevas aportaciones de capital que fortalecen la estructura financiera.

ROE (rendimiento sobre el capital propio)

El ROE presenta valores modestos al inicio (2,67% en 2005; 8,39% en 2006; 14,24% en 2007) y exhibe una caída extrema en 2008 (-1.818,25%) y 2009 (-138,29%), consecuencia de pérdidas netas acompañadas de una reducción severa del capital propio. A partir de 2010 se invierte la dirección: 45,74% en 2010, con variaciones posteriores que van desde 17,57% (2011) hasta 48,07% (2012). Entre 2013 y 2017 se observan fluctuaciones en un rango de 11,92% a 27,38%. En 2018 se consolida un ciclo alto cercano a 26,84%, y en 2019 se registra un nuevo pico de 47,03%. En 2020 el ROE cae a 23,69% y se mantiene en rangos de 25% a 31% en 2021-2023, cerrando en 22,58% en 2024. En conjunto, el ROE demuestra resiliencia tras las pérdidas de 2008-2009, con periodos de altos rendimientos cuando la utilidad neta es fuerte y la base de capital está en niveles compatibles, seguido de ligeras dispersiones en años recientes pese a un desempeño general sólido.

Conclusiones

En el conjunto, la entidad muestra una recuperación sostenida de la rentabilidad desde 2010, con picos históricos de utilidad neta y un crecimiento significativo del capital contable en los últimos años. El ROE ha mostrado periodos de generación de alto rendimiento cuando la utilidad neta fue fuerte, respaldado por una base de equity en expansión, especialmente desde 2018 en adelante. El episodio de 2008-2009 representa una anomalía profunda que comprime temporalmente la rentabilidad sobre el capital propio, pero la trayectoria subsecuente indica una mejora estructural en eficiencia operativa y en la retención de ganancias. En términos generales, la combinación de utilidades crecientes y una base de capital contable crecientemente robusta sugiere una mejora sostenida en la capacidad de generar rendimiento sobre el capital en los años recientes, con niveles de ROE que se mantienen en rangos altos pese a las oscilaciones propias de ciclos y eventos extraordinarios.