Estructura del balance: pasivo y patrimonio contable
Área para los usuarios de pago
Pruébalo gratis
Colgate-Palmolive Co. páginas disponibles de forma gratuita esta semana:
- Estado de resultado integral
- Balance general: pasivo y capital contable
- Análisis de ratios de rentabilidad
- Análisis de ratios de solvencia
- Análisis de ratios de actividad a corto plazo
- Análisis de segmentos reportables
- Relación entre el valor de la empresa y la EBITDA (EV/EBITDA)
- Relación entre el valor de la empresa y la FCFF (EV/FCFF)
- Datos financieros seleccionados desde 2005
- Relación precio/valor contable (P/BV) desde 2005
Aceptamos:
Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2022-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2021-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2020-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2019-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2018-12-31).
La evolución de los pasivos y el patrimonio neto revela cambios significativos en la estructura financiera a lo largo del período analizado.
Se observa una disminución en la proporción de la deuda a corto plazo, reflejada en la reducción del porcentaje de pagarés y préstamos por pagar del 0.1% en 2018 al 0.07% en 2022, y la porción actual de la deuda a largo plazo que, tras un aumento en 2019, disminuyó en 2020 y posteriormente se estabilizó en niveles bajos, finalizando en 0.09% en 2022. Esto indica una tendencia a mantener niveles controlados de endeudamiento a corto plazo.
Por otro lado, la deuda a largo plazo, excluida la parte corriente, mostró un incremento hacia 2022, alcanzando el 55.57%, en contraste con tendencias previas en las que fluctuó alrededor del 45%. Esto puede sugerir un cambio en la estrategia de financiamiento hacia mayores obligaciones a largo plazo.
Los pasivos corrientes en relación con el total se mantienen en torno al 25-27%, con una ligera reducción en 2022, lo que podría indicar una gestión prudente del pasivo circulante para mantener liquidez sin incrementar excesivamente las obligaciones a corto plazo.
El análisis de los pasivos no corrientes revela que estos representan aproximadamente el 65-70% del total del pasivo en los años recientes, con un notable aumento en 2022, superando el 69%, indicando una mayor apuesta por financiamiento de largo plazo y una menor dependencia en pasivos a corto plazo.
En relación con los pasivos por arrendamiento operativo, estos fluctúan en niveles moderados y tienden a disminuir en proporción en 2022, lo que puede reflejar una estrategia de reducción de obligaciones por arrendamientos a corto y largo plazo.
El porcentaje dedicado a otros pasivos mantiene cierta estabilidad, aproximadamente en torno al 16-17%, con una tendencia declinante en 2022, donde desciende a 11.42%, potencialmente indicando un control o reducción de pasivos de menor impacto.
El patrimonio total, en términos relativos, ha mostrado un aumento sustancial en 2020, alcanzando casi un 7% del total del pasivo y patrimonio, pero decreció en los años siguientes hasta aproximarse a un 5% en 2022. Este comportamiento se acompaña de un crecimiento en el capital desembolsado adicional y en las utilidades retenidas, sugiriendo una acumulación progresiva de recursos internos y mayor aportación de capital por parte de los accionistas.
Las acciones ordinarias de valor nominal de $1, así como las participaciones minoritarias, presentan una participación relativamente baja en la estructura total, aunque muestran cierta estabilidad. La cantidad de utilidades retenidas se ha mantenido en niveles elevados, indicando políticas de conservación de beneficios para financiamiento interno y crecimiento.
Otros conceptos como la pérdida integral acumulada reflejan un saldo negativo persistente, aunque en una tendencia de ligera mejora en 2022, lo cual puede indicar un proceso de acomodación en los resultados acumulados no realizados.
En general, la estructura del pasivo y del patrimonio muestra una tendencia hacia una mayor concentración en pasivos a largo plazo, junto con un fortalecimiento del patrimonio mediante aportaciones de capital y utilidades acumuladas. Además, los niveles de endeudamiento a corto plazo parecen mantenerse controlados, en línea con estrategias de gestión de riesgo financiero.