Estructura del balance: activo
Basado en los informes: 10-K (Fecha del informe: 2024-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2023-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2022-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2021-12-31), 10-K (Fecha del informe: 2020-12-31).
La proporción de efectivo y equivalentes en relación con los activos totales muestra una tendencia decreciente desde el 68.39% en 2020 hasta un mínimo de 20.2% en 2022, seguida de una recuperación hasta el 31.29% en 2024. Este patrón indica una disminución en la liquidez inmediata en los primeros años, probablemente debido a una inversión en otros activos.
El efectivo restringido aparece por primera vez en 2022 en un 0.97% y ligeramente aumenta a 1.48% en 2024, sugiriendo restricciones en parte del efectivo en ese período. La presencia de valores negociables a corto plazo como porcentaje de los activos totales se incrementó de 8.09% en 2020 a un máximo de 18.4% en 2021, pero posteriormente decreció a 10.29% en 2024, reflejando cambios en la gestión de instrumentos financieros a corto plazo.
Los fondos retenidos en procesadores de pagos presentan un aumento en porcentaje de los activos totales desde 2.3% en 2020 a un máximo de 4.7% en 2021, manteniéndose relativamente estables en los años siguientes, con ligeras variaciones.
Las cuentas por cobrar netas presentan una tendencia ligeramente creciente, pasando de 4.58% en 2020 a 5.7% en 2024, indicando una posible aceleración en la actividad de cobros o cambios en las condiciones de crédito.
Los gastos pagados por adelantado y otros activos corrientes aumentan en su porcentaje del activo total desde valores mínimos en 2020 y 2021, hasta aproximadamente 1.85% y 5.35% en 2024, sugiriendo una mayor inversión en pagos anticipados o gastos diferidos.
La categoría del activo circulante muestra una tendencia decreciente en su participación hasta 2022, alcanzando un valor de 48.22%, pero posteriormente se recupera y alcanza el 57.5% en 2024, reflejando una posible estrategia de mayor liquidez en los años recientes.
Los valores negociables a largo plazo, que no estaban presentes hasta 2021, emergen en 2022 con un 4.06% y alcanzan un 6.5% en 2024, indicando inversión en instrumentos de inversión a largo plazo.
Los activos por derecho de uso de arrendamiento operativo mantienen una participación estable en torno al 3-5%, con tendencia a disminuir ligeramente hacia 2024, probablemente en línea con amortizaciones o cambios en los contratos de arrendamiento.
Los bienes y equipo neto muestran una participación moderada y estable en torno al 6%, con un ligero incremento en 2021 y 2022, seguido de una estabilización.
Los activos intangibles, netos, tuvieron una participación baja en 2020 y 2021, pero experimentaron un incremento significativo en 2022, alcanzando 7.81%, con posterior descenso en años posteriores, posiblemente reflejando adquisiciones o amortizaciones.
La buena voluntad muestra una caída significativa de aproximadamente 4.97% en 2020 a 4.64% en 2021, pero en 2022 experimenta un aumento sustancial hasta el 24.21%, permaneciendo en valores elevados en los años siguientes, lo cual puede indicar adquisiciones o reconocimiento de valor por fusiones.
Los otros activos fluctúan en torno al 0.5%-7%, con un pico en 2021, y posteriormente descienden y estabilizan en torno al 4-5%, reflejando cambios en otros conceptos de activos no principales o clasificados secundariamente.
La participación del activo no corriente experimenta un aumento importante en 2020, alcanzando el 32.96%, y continúa en niveles elevados en los años posteriores, superando el 50% en 2022, lo cual indica un incremento en inversiones o activos de largo plazo. Sin embargo, en los años siguientes, la proporción decrece lentamente, acercándose a 42.5% en 2024, evidenciando cierto movimiento hacia una estructura más equilibrada entre activos corrientes y no corrientes.
En general, los activos totales mantienen su valor constante como base para calcular los porcentajes, pero se observa una transformación en la composición del activo, desplazándose desde una alta dependencia en efectivo y equivalentes en 2020, hacia una estructura más diversificada, con mayor peso en activos no corrientes y otros conceptos de activos diferidos o intangibles, en línea con una estrategia de crecimiento, inversión en activos intangibles y posibles adquisiciones.